es la fatiga por no tomarla,
creerse muy cuerdo para tomarla
creer estar lo suficientemente loco
y no darse cuenta que se puede estar mejor.
Creerse rodeado de la luz
que nadie puede cerrarte los ojos,
estar lo suficientemente loco
y no darse cuenta que repetidamente pestañeamos,
es que no te asombra el diminuto instante de sombra
como conejos nos impacta la luz
y nos protegemos en la oscuridad
siempre ignorándola
siempre temiéndole, a lo desconocido.
Eleazar Navarro.