miércoles, 29 de junio de 2011

Erik Satie (1866 - 1925)



        Erik Satie fue un compositor Frances, transgresor de la música contemporánea, de un estilo indescifrable, que por esta misma razón fue asociado al Dadaísmo, oposición al concepto del positivismo. Satie fue un músico admirado por sus pares, pero no muy acogido por las viejas academias musicales, debido a que recién entro a al conservatorio a los 40 años tras una larga dedicación a la música de cabaret.
      De un ego totalmente arrollador debido a su carácter que se encargaba de hacer notar su presencia donde quiera que se presentara. Se auto definió como Gimnopedista, concepto con el que se denomina a las fiestas de los jóvenes Espartanos desnudos en la antigua Grecia, también se definía como un Fenometrografo, alguien que mide y escribe los sonidos.
         La mayoría de las piezas que compuso se caracterizaban por ser cortas y muy basadas en el simple sonido del piano. He aquí una muestra de, quizás, unas de sus composiciones mas oídas; Gymnopedie y Gnossiennes.





miércoles, 15 de junio de 2011

Jean-Pierre Jeunet – Foutaises

    Muy bueno este cortometraje dirigido por Jean-Pierre Jeunet, director de Delicatessen, La ciudad de los niños perdidos o Amelie, entre otras. Se estrenó en 1989 y en él aparece el actor fetiche de Jeunet: Dominque Pinon, que participo en Amelie.
         Trata sobre la importancia que pueden tener unos pequeños detalles en la vida si le damos la importancia que merecen; La arena en los libros, las arbejas en el plato, dormir tanto. Detalles que van dando forma a este cortometraje, que si no te entregas con la sensibilidad suficiente, mejor que no lo veas. Yo lo encuentro genial.  Suerte.




jueves, 9 de junio de 2011

Población



Eran las calles de tierra de nuestro pasaje,
el poste de madera impregnada que los gatos astillaban.
si, lo recuerdo bien.

Las corridas y los golpes en el potrero,
el aroma de la madera húmeda que dominaba después de la lluvia,
las murallas de maderas con sobrecimientos de verdes musgos,
y las oscuras tumbas de los baños.

Las vacaciones en La Alberca,
las vacaciones en casa,
los juegos de la mañana,
los caminos en la tierra.

Los fogones y los fondos,
la madera hecha cucharon,
el olor a porotos,
el sabor de la carne vegetal,
mi madre revolviendo.

El disfrute de la olla común.

los muñecos de trapo,
las casas de lana y colores,
los cielos celestes, de viejas camisas de colegio,
los arboles y las frutas,
las palitas de aluminio,
las protestas de género,
el guanaco de algodón.

Esas eran las arpilleras.

La fiebre,
las carreras al Poli,
las cinco de la mañana,
el frio flagelante,
y la fila interminable,

Esa era la enfermedad.

Las navidades pobres,
los regalos humildes,
los arboles tristes,
las navidades sin Cristo.

El colegio del barrio,
la pereza,
los correazos anímicos,
los “Levántate que es tarde”.

La lluvia,
las goteras,
el abrigo de tu presencia.

El futuro que era ciego,
y el que aun sigue siéndolo.

El recuerdo de lo duro,
el aprendizaje de la calle.

El olor del trago triste,
y los golpes del pasado.

El camino recorrido,
y la suerte de ser tuyo.


                                                Eleazar Navarro