No soy un actor de esta novela,
Ni un kamikaze que busca la muerte.
No soy el terror del que tiene,
Ni un héroe del que no.
Fui pobre y sigo siéndolo,
De la población,
Este es mi lugar,
Aquí me siento cobijado.
No tengo estudios ni bachillerato,
Mucho menos diplomado o doctorado.
Sufro por mis hijos y mi familia,
Sufro por lo que amo, por lo que me apasiona,
Sufro por amor.
Sufro cuando no puedo hablar,
Cuando no puedo beber,
Y sufro mucho más cuando nadie acompaña mi borrachera.
Pero estoy aquí, queriendo hablar,
Queriendo explicar, contar lo que cuento.
Siempre miro a los ojos a quien ridiculiza,
Siempre miro a los ojos cuando hablo.
No tengo temor ni rencor,
¡Momento! rencor tal vez tenga un poco,
Pero no hay nada que unos tragos de vino con amor no mejore.
He vivido en barro y con ratones.
He dormido abrazado con la peste y con la sarna,
y mi cuerpo se ha sumergido en el lindano.
En noches he dormido mal,
Mis pesadillas sincronizan con las goteras,
Goteras que aun me zumban cuando veo una basenica.
Pero ya lo ves, amo todo esto,
No necesito del oro para hacerlo,
A veces amo estar triste, por que se que pasara,
O por que simplemente un asado y unos vinos olvidaran.
Si,
Soy de aquellos que tarde conocieron las llaves de bronce,
Las trancas protegían las puertas de mi casa,
No del delincuente, si no que de la autoridad.
Si,
Mi madre, por ellos mismos enterró sus materiales,
Por ellos mismos mi padre se perdió varios días,
Por ellos mismo creo en la maldad.
Si,
Esto no se olvida,
Es nuestro pasado,
¿Que haría yo sin el?,
¿Que haría sin el recuerdo?
Si,
Soy el hijo ajeno,
El de los cumpleaños sin gorros ni cornetas,
El de los cumpleaños que no esperan regalos,
No, el que sabía que no existían.
Tengo cayos en las manos,
¿Y que?
Mientras mas grandes, mas el orgullo.
Que pesada es la lucha y el camino,
Pero mientras más inclinado sea éste,
Más tengo que contar
César.